sábado, 31 de agosto de 2013

Ayudar o no ayudar



Como una parte intrínseca del ser humano está la bondad, la cual por muchas razones ocultamos y en ocasiones llegamos a asesinarla. 
Sin embargo, solo debemos detenernos a observar los niños pequeños, como tratan siempre de ayudar a otros, incluso a los padres mientras realizan alguna labor.  
Ya en la adolescencia no hay padre que no haya tratado en algún momento de separar a sus hijos adolescentes de algún amigo que presenta conductas de riesgo y que pudieran ser malas influencias para sus hijos. 
Aún en la adultez no es raro que haya que marcar distancias con algunas personas que pudieran ser conflictivas.
En el caso de los adolescentes, quienes son altamente vulnerables por los tantos cambios que sufren a nivel físico como  emocional, los padres han de estar en alerta permanente, llegando a decirles muchas veces a sus vástagos frases como:  “tú necesitas ayuda; cómo crees que puedes ayudar a otros”, esto ante reproches y reclamos de por qué no tratar a algún compañero que pudiera resultar nocivo.
 El ideal, siempre que no sea uno psicólogo o psiquiatra, y talvez hasta esos especialistas si no están trabajando procuran evitar a quienes no les aportan, es vincularse con personas que puedan ayudarnos a crecer, a ser mejores personas, mejores seres humanos y evitar a aquellas otras que además de robarnos la energía pueden ponernos en verdaderos problemas.
Con todas estas ideas bien claras, es preciso estar alerta, en especial en el caso de los jóvenes, y de los adultos que sin lugar a dudas nos encontramos con todo tipo de persona en nuestras labores cotidianas. 
Pero  es precisamente en la niñez y en la adolescencia que los padres tienen que construir ese sistema de alerta de sus hijos para garantizar mejores defensas en la adultez y así evitar males mayores. 
Sin embargo, la tolerancia también es un elemento a mantener muy presente, tanto con nuestros hijos como con otros adultos.

viernes, 30 de agosto de 2013

Pobreza Mental


“Los libros no muerden”  era el eslogan de una promoción que perseguía motivar el hábito de la lectura en la década de los 70, en la República Dominicana. 
A la postre, quienes éramos niños, y gracias a la motivación de los padres, maestros y otros familiares, logramos tomar algún amor a la lectura, hoy podemos afirmar que es cierto.  Los libros no muerden.
Lejos de morder, contribuyen a abrir el cerebro y mostrar que lejos de nuestras narices hay un mundo fascinante al cual podemos accesar, que existen curas para enfermedades que se creían incurables,  que el mal de ojo no necesariamente existe, así podemos descubrir que dejar de ser ignorante es una bendición.
La educación limitada que nos ofrece la televisión o el diálogo con otros ignorantes nos oprime y nos mantiene en un círculo de analfabetismo funcional, pero además nos hace arrogantes y prepotentes.  
Es preocupante que la generación que está creciendo cada vez es más despreocupada, pero cómo motivarlos.
Muchos padres analfabetos que entendían las implicaciones de no haber estudiado por no tener acceso a la educación, pero que tenían la ambición de crecer, se preocuparon por motivar a sus hijos.  
Lo que quiere decir que es fundamental que haya la ambición de crecer para lograr sembrar esa semilla en ellos mismos y en los demás, en especial los hijos.
Para quien  ha tenido cierto desarrollo formativo y educativo es un reto indescifrable tener que coexistir de igual a igual con quienes ni siquiera son capaces de reconocer su pobreza mental.  El ejercicio de humildad y paciencia es permanente.

Viviendo con el enemigo


Durante la adolescencia no es raro que los hijos sientan que sus padres son sus enemigos. 
Muchos no quieren ser vistos con sus progenitores para evitar las preguntas de sus amigos, las cuales pueden llegar a convertirse en burlas de parte de compañeros y supuestos amigos. 
Estos malestares pueden llegar a ser la causa principal de los distanciamientos permanentes entre padres e hijos.
No es raro que los padres también se sientan muy incómodos con sus hijos, con quienes en la infancia pudieron sostener relaciones alegres y armoniosas, pero ya en la adolescencia, extraño periodo de la vida donde surge  todo tipo de cuestionantes y al parecer hay que ser reactivos de manera obligatoria, para muchos padres es un calvario inexplicable.
Es en la adolescencia cuando muchos jóvenes inician las drogas, sexualidad, embarazos prematuros, enfermedades de transmisión sexual y cuantos malos hábitos puedan existir.  
De ahí que muchos padres que se sienten sin salida   los echan a la calle.  Muchos pudiendo salvarse aún, pero como han perdido la comunicación también se pierden las oportunidades de crecer juntos. 
Lograr que ambas partes pongan de sí para sobrellevar ese periodo que puede durar alrededor de cinco anos, muchas veces necesita la intervención de sicólogos.
  Ayuda que puede venir a través de la escuela o los colegios que tienen orientadores, a través de las iglesias que pueden tener programas de consejerías o por iniciativa de los padres, que buscan ayuda  privada.
Sea cual sea la ayuda, es preciso buscarla, porque el malestar que se genera en el hogar es sofocante.

Hasta cuando ser padres?


Existe un refrán que dice “mirarse en espejo ajeno”, refiriéndose al aprendizaje a través de las situaciones que viven otras personas, a fin de aplicarlas a la vida  sin tener que vivir los momentos dolorosos que los primeros vivieron.
Recientemente, estuve observando un padre con su hija, adulta, profesional y que ya no vive bajo el mismo techo, ni siquiera en una misma ciudad. 
Él la recibió, la abrazó cada vez que pudo durante el tiempo que pasaron juntos, condujo su automóvil y a ella la sentó en la parte trasera del vehículo, revisó mecánicamente el auto, le cambió aceite, lo mandó a lavar y brillar y al despedirla de regreso a la ciudad donde ella vive le dio las instrucciones de manejo y precaución.
La jovencita que refiero fue una estudiante sobresaliente, es una profesional que compitió con experimentados de su área y ganó el trabajo que hoy ocupa, es una joven mujer preparada, competitiva, muy educada, atenta y servicial y en gran medida se lo debe a su padre, con quién vivió la mayor parte de su vida.
El padre habla con gran entusiasmo sobre su hija y los logros alcanzados, pero no deja de verla y cuidarla como su pequeña consentida, porque  la gran mayoría de los padres ven a sus hijos, sean exitosos o no, como sus niños amados. 
Ser padre o madre es un trabajo de tiempo completo y para toda la vida, y quienes no lo viven así  entregan a la sociedad personas tristes, dolidas, insatisfechas, poco productivas y sin mayores compromisos sociales e individuales. 
Todos necesitamos ese espejo para vernos, entusiasmarnos y comprometernos con determinadas metas.

jueves, 18 de abril de 2013

Amo mis hijos



En nombre de la expresión que titula esta columna hoy,  los padres cometemos tantos errores, y lo que es peor cuando se le agrega “quiero que tengan todo lo que yo no tuve”, y empiezan por comprarle el juego electrónico mas moderno que exista, con los juegos mas complejos que los hijos pidan u orden por internet.

Los padres, raras veces se sientan con sus hijos a valorar dichos juegos,  los cuales en su mayoría son simulaciones de guerras y combates diversos que persiguen asesinar al opositor y cito entre ellos: Resident evil 5, Resistance 1 y Resistance 2, Assasins Creed, SAW, Grand Thefth Auto 4, Grand Thefth Auto 4 Episodes For Liberty City, Devil Macry 4, Mortal Kombat 9, Quake Wars, Mercenaries 2

Hoy podría citar al menos 50 nombre de los mas recurridos juegos electrónicos que muchos padres compran o permiten que sus hijos compren, y la lista sigue con Ninja, Smack Down vrs Raw 2011, Sections 8, Haze, Dinasty Warriors 2,
Terminator Salvation y Prince Of Persia entre otros.

Dentro de los “logros” exhibidos por esos padres esta que los hijos no andan en las calles, o molestando los vecinos, y eso también es cierto porque muchos de ellos no tienen tiempo disponible para hacerlo, pues un día sin escuela pueden estar frente a la pantalla 14 horas corridas apretando los botones que disparan.

Muchos se levantan de los sillones solo  para ir a la nevera a buscar algún producto, y si alguien se le ocurre decirles que ya es tiempo suficiente de jugo, se tiene que enfrentar como mínimo a sus insolentes miradas, sino es que también recibe una ráfaga de expresiones maldicientes.

Amar tanto a los hijos no siempre es suficiente para criar buenos hijos y buenos ciudadanos y quien lo dude puede revisar los historiales observados en los adolescentes involucrados en los casos de tiroteos escolares en los Estados Unidos.

Los videos juegos también están catalogados dentro de los diferentes tipos de adicciones, mismas que son incentivadas por los mismos padres y que empiezan en la cuna, cuando las madres o cuidadoras encienden las televisiones para que los bebitos de aboben y las dejen realizar las laboras domesticas en el hogar.

Cuando la Televisión ya no es suficiente, y los chiquitos ya están en la edad escolar entonces los padres les introducen consolas manuales de videos juegos, los cuales pueden ser llevados a cualquier lugar, mientras que en la casa tienen Xbox, Nintendo, Playstation, entre otros mucho mas sofisticados que pueden utilizarse con controles remotos y jugar con otros jugadores vía internet.

Para los adultos mantener “seguros” a sus hijos en sus hogares, permiten que sus mentes salgan a otras dimensiones y entren en contactos con desconocidos quienes tienden a estar mas en contacto con ellos que cualquier miembro de la familia.

Lo primero que rompen los videos juegos en estos chicos es la capacidad de socializar de manera personal.  Dentro de cualquier reunión de amigos donde no haya un video juego observe que algunos, aun cuando hay otros chicos de su edad tienden a recluirse en sus asientos, sin atreverse a interactuar y hacer nuevos amigos, porque están fuera de su área conocida.

Los chicos, y los ya no tan chicos, adictos a los video juegos presentan características similares, están en los extremos, o están sobrepeso o bajo peso, unos porque comen grandes cantidades de carbohidratos que no queman o porque casi no comen.

Por lo regular expiden olores desagradables pues toman pocos baños y cuando lo hacen son muy rápidos,  tienen mal aliento,  si esta a su cargo el lavado de su ropa, transcurren largos periodos de repetición de las ropas porque nunca tienen tiempo para lavar.

Los que están en edad escolar pueden que reflejen la condición mas en lo temperamental que en lo académico.  Sin embargo, al final las calificaciones y las referencias de los maestros no son las mejores.  Terminan por decir que esos chicos son inteligentes y que si dedican un poco de tiempo y dedicación podrían ser mucho mejores en sus asignaturas.

Para ellos la lectura o cualquier otra actividad escolar es innecesaria, no es raro escucharlos decir “para que voy a sacar un libro de la biblioteca, si ya se leer”, aunque parece una expresión cómica, es muy cierta.

Muchos de los padres de estos chicos “no tienen tiempo” para asistir a reuniones escolares o pasar entre semanas por la escuela a conversar con los profesores y saber como va el desarrollo de los hijos.  Se mantiene una presencia ausente de los padres, tutores o responsables quienes son personas que trabajan demasiado para poder comprar a sus hijos cuantos antojos deseen sin que esto responda a un sistema de recompensa por logros alcanzados.

Muchos de los niños y jóvenes que tienen adicciones a los video juegos han pasado gran parte de su tiempo solos, mientras los padres trabajan, algunos son hijos de padres separados y son atendidos por las abuelas, quienes por un sin fin de razones no tiene la suficiente autoridad para encausar a los muchachos.

Los abuelos,  quienes culturalmente piensan que no tienen la obligación de educar a los nietos, porque esa es una labor de los padres, y en los primeros anos se dedican a celebrarles sus malcriadezas; durante la adolescencia de los chicos son los mas golpeados con las aptitudes de estos malcriados.

En todas las épocas, los abuelos acusan a los nietos malcriados de que los harán caer muertos.  Sin embargo, hay que reconocer que en las culturas latinas siempre se le ha reconocido un peso muy especifico a los abuelos en la formación familiar de las nuevas generaciones.  Las dos ultimas décadas han propiciado un gran giro a estas tradiciones.

Probablemente por la independencia económica, la migración y la disgregación de las familias los roles han ido cambiando y cada vez estos muchachos están mas integrados a sus aparatos.  Es justo no ignorar que dos décadas a tras tampoco había tal proliferación de equipos electrónicos que sirvieran a estos fines, para entonces eran no solo mas costosos, sino menos publicitados.

Existen los defensores acérrimos de estas tecnologías, quienes aseguran que las mismas sirven para desarrollar diferentes áreas del cerebro y como tal son utilizadas desde los primeros anos de los infantes en las salas de computación de las escuelas, en un mecanismo de acercar el conocimiento de forma amigable a los pequeños.

El problema fundamental parece no estar en los aparatos, ni en los juegos, sino en las regulaciones que se ponen en el hogar.  Que tiempo a la semana pueden jugar los chicos, en que momento del día puede ser, cuales son los temas de los juegos y que otras responsabilidades deben cumplir para poder pasar a la consola de juego.

Sigue siendo la raíz del problema que estos muchachos en la gran mayoría son huérfanos de padres vivos, adultos que no están conscientes de que el cerebro de sus muy amados hijos aun esta en formación y que en las tempranas edades es cuando se aprender a discernir, a valorar y a razonar.

Es en los primeros anos cuando se aprende de la mejor manera el valor de la familia, pero la familia que comparte, se divierte junta, comparte los alimentos y los quehaceres,  la familia que sabrá enfrentar situaciones difíciles si llegan.

Si de algún modo los padres logran ver y aceptar que pudieran estar viviendo estas situaciones deben saber que como la adicción al juego, al alcohol, las drogas o cualquier otro vicio, esta también tiene solución, pero deben buscar ayuda.






viernes, 15 de marzo de 2013

Contagio Emocional


Las emociones positivas o negativas que sentimos pueden ser transmitidas de una a otra persona, aseguran diferentes estudiosos de la conducta humana, entre ellos Daniel Goleman en su libro “Inteligencia emocional”.  
La sicóloga y terapeuta Lourdes Henríquez se suma a la corriente de que lograr un buen día o tener un mal día va a depender de cuán sensible seamos, de ahí que las personas muy sensibles con tan solo ver un niño llorar o un anciano pidiendo en la calle le será suficiente para llevarle una carga de tristeza, mientras que no pasa igual con quienes son menos sensibles, quienes pueden salir ilesos aún estando envueltos en la situación más deprimente, incluso frente a la muerte.
Ferran Ramón-Cortes llama a tomar conciencia de que las sensaciones que transmitimos pueden formar nuestras relaciones y nuestras vidas. 
El afirma que quienes comparten espacios de relación, ya sea en el trabajo o en la vida personal, terminan por compartir estados de animo y sentimientos, los cuales, según afirma Sebastian Serrano, “saltan de una mente a otra como si nada”, de ahí que muchas veces no podemos explicarnos porqué estamos tan eufóricos o tan molestos, o que nos descubramos diciendo que hemos tenido un pésimo día o por el contrario uno excelente.
Es vital revisar nuestras energías y las de nuestro entorno, sin lugar a dudas que hay personas que de manera automática las descartamos porque sentimos que nos roban nuestra energía, en cambio hay otras que nos suman y las queremos tener cerca.
  Es fundamental preguntarnos ¿de qué tipo soy yo?, ¿soy un vampiro de energía? o como le gusta decir a Lourdes Henríquez, ¿soy un pacificador social?  Hoy es un buen día para identificar qué es lo que transmitimos y para aprender a tratar esos individuos que nos agotan en cada ocasión.

jueves, 3 de enero de 2013

Mujeres no tomen la delantera


Las abuelas siempre decían a las hijas y nietas, “mis hijas no se quieran ir  delante del hombre, porque luego ellos no quieren hacer nada”.
Este consejo que hoy muchas lectoras deben recordar con una sonrisa en los labios, sigue siendo un credo en muchas madres, en especial aquellas que lo desoyeron y pagaron muy alto el precio de no saber escuchar.
El liberalismo, las mujeres queriéndonos parecer a los hombres en muchos más aspectos de los que en verdad deben, creer que el hogar es de los dos y que deben fajarse a luchar de igual a igual para crecer, entre otras muchas razones, ha  motivado a millones de mujeres a tomar la delantera y dejar muy atrás a sus parejas, siendo esto un ingrediente fundamental para las rupturas familiares y los millones de matrimonios que hoy terminan en divorcio.
Las abuelas decían que no se puede ocupar el lugar del hombre en la familia, pues  cuando “nuestros hombres descubren lo inútiles que resultan en sus familias terminan por autoaniquilarse”, claro que esto también es una excusa muy torpe.
No tenemos aquí el espacio suficiente para desarrollar el tema en base a los tratados científicos y sobre todo en base a la experiencia de nuestra cultura.  Sin embargo,  es bueno reiterar: mujeres, no tomen la delantera, no es que dejen de formarse, pero sí que guarden sus carteras y dejen que ellos paguen desde el primer día.
La mujer que mucho trata de considerar y ayudar a su amado, y luego y con exagerada frecuencia tiene que cargar de más, empieza a perder, siendo esta otra razón para los conflictos de pareja y de  familia.