La mujer debe ser una esposa ejemplar, una madre excelente y una cristiana fervorosa, o al menos parecerlo, para que el látigo de su entorno no la lapide socialmente. Sin embargo, a quién le importa lo que esa mujer siente o piensa o cuál es el esfuerzo que debe vivir diariamente.
Cuando una mujer es comparada con un hombre, similares en edad, socialmente se dice: la mujer envejece más rápido porque es la que pare o alumbra. El hecho de embarazarse y parir ciertamente produce un desgaste físico a la madre, pero lo que verdaderamente gasta a esa persona es el tanto levantarse de noche a amantar, levantarse en la madrugada a preparar el bulto de la guardería o la niñera, dejar adelantadas las cosas de los otros niños.
Todas las asignaciones relativas al cuidado de los chicos dependen de la mujer, mientras tanto los hombres están durmiendo plácidamente o leyendo el periódico o simplemente viendo un partido de pelota o una película de acción, cuando no está tomándose unos tragos con los amigos. Cómo no envejecer aceleradamente.
Si en algún momento tu cuerpo no responde y solo te quieres quedar echada en la cama, o no puedes levantarte de tu puesto de trabajo, no te desanimes. Inspira, date una ducha bien fría y pésele a quien le pese tómate unas cuantas horas a la semana para ti.
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