lunes, 17 de febrero de 2014

Ser mujer… y exitosa

Ocupar la gerencia de un departamento o empresa, ser tan competitiva o más que el hombre, a pesar de percibir menos recursos, dar excelentes resultados en su trabajo, además de lucir hermosa mientras viste incómodas ropas y altos tacones, tan solo son algunos elementos por los que se nos mide el éxito a las mujeres.
La mujer debe ser una esposa ejemplar, una madre excelente y una cristiana fervorosa, o al menos parecerlo, para que el látigo de su entorno no la lapide socialmente.  Sin embargo, a quién le importa lo que esa mujer siente o piensa o cuál es el esfuerzo que debe vivir diariamente.
Cuando una mujer es comparada con un hombre, similares en edad, socialmente se dice: “la mujer envejece más rápido porque es la que pare o alumbra”. El hecho de embarazarse y parir ciertamente produce  un desgaste físico a la madre, pero lo que verdaderamente gasta a esa persona es el tanto levantarse de noche a amantar, levantarse en la madrugada a preparar el bulto de la guardería o la niñera, dejar adelantadas las cosas de los otros niños.
Todas las asignaciones relativas al cuidado de los chicos dependen de la mujer, mientras tanto los hombres están durmiendo plácidamente o leyendo el periódico o simplemente viendo un partido de pelota o una película de acción, cuando no está tomándose unos tragos con los amigos.  Cómo no envejecer aceleradamente.
Si en algún momento tu cuerpo no responde y solo te quieres quedar echada en la cama, o no puedes levantarte de tu puesto de trabajo, no te desanimes. Inspira, date una ducha bien fría y pésele a quien le pese tómate unas cuantas horas a la semana para ti.

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