Por Dilenia Cruz
Estando en el semáforo de la avenida 27 de febrero esquina avenida Privada, hoy alrededor de las 12:00 del medio día, fui chocada en la parte trasera del vehículo por un motorista con aspecto de delivery, quien posteriormente, al cambio del semáforo me persiguió hasta mi destino en aptitud de atraco, al llegar a la casa y ante el escándalo formado por mi a fin de impedir daños mayores comenzó a alegar que yo lo había chocado y que iba a romper el cristal si no le pagaba por daños.
Le advertí que llamaría a la policía ante el temor de su actitud amenazante, sin éxito marque tres veces el teléfono de emergencia, el cual nunca fue levantado, el hombre me arrebató las llaves del vehículo y el teléfono celular, ya dentro del parque del edificio, le reiteré que llamaría a la policía para acusarlo de robo, mientras subi a la casa a llamar, entre mi familia y los vecinos lo presionaron y entregó la llave y el teléfono y se dio a la fuga.
Inmediatamente fui al destacamento policial de parque Mirador Sur, en compañía de mi asistente, destacamento al cual corresponde el sector donde vivo, allí tuvimos que esperar para ser atendidas porque el único policía que me atendió estaba ocupado y me refirió con otro agente, quien circulaba por el patio, mientras otros dos descanzaban en una banqueta del parque.
Tras explicarles a dos policías lo ocurrido el agente nos mandó a sentar porque tenían mucho trabajo y debía esperar mi turno. Ciertamente, había mucha gente allí, ninguno estaban siendo atendidos, pero el que tiene que trabajar de verdad no puede someterse a la espera de la calmada policía nacional que no está disponible ante un posible atraco a plena luz del día, pero que tampoco puede ser ágil para tomar un denuncia.
Es fácil comprender porque la gente toma justicia por propia mano, porque cada día más impuestos, y menos beneficios, y de seguridad ciudadana quien puede hablar. Ahora debo volver a poner la denuncia a fin de tener al menos la constancia de los hechos, aunque testigos me sobran. Sin embargo, este maleante sabe quien soy, donde vivo, cual es mi vehículo. En cambio, yo de él sé que es alguien que no tiene nada que perder, es temerario y de temer. La pregunta es: qué se supone que haga, contratar una seguridad privada para amedrentar este acechador a fin de garantizar mi seguridad, incluso la vida porque estos delincuentes han demostrado ser capaz de cualquier cosa viéndose frustrados y acorralados.
La cuestionante es : esta es la seguridad ciudadana de la cual tanto habla el ministro de Interior y Policía o el mismo jefe policial, en una época que estos vandidos también se andan buscando su navidad y capaces de cualquier cosa.
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